Cambio climático: bienvenidos a la Época del Infierno

“Welcome the Hellocene”. Así es como termina un artículo publicado por Rob Jackson, en Scientific American el pasado26 de noviembre. Jackson es investigador en ciencias de la Tierra y el medioambiente en la Universidad de Stanford, California, y en el artículo hablaba de los estragos de los incendios de California y de los huracanes Sandy, Irma, Maria y Harvey, relacionándolos con el cambio climático.

Imagen de satélite del incendio Ferguson, de este agosto en California. Fotografía de la NASA Goddard Space Flight Center.

81 personas muertas y el municipio de Paradise (¡qué ironía más cruel!) arrasado en el incendio Camp Fire de California. Más de 180.000 hectáreas quemadas en el Complejo de incendios Mendocino, también en California. 70 mil millones de dólares en daños por el huracán Sandy. Realmente sí se son eventos como para considerarse la época del infierno.

Aunque estos fenómenos no se pueden achacar directamente al cambio climático, sí que están relacionados con un clima más seco o el aumento de la temperatura del mar, y estos sí están ligados de forma directa a este fenómeno.

Precisamente, el calentamiento del mar está relacionado con otro impacto: el blanqueamiento de los corales. Así es como han sufrido y se han visto afectadas dos terceras de la Gran Barrera de Coral australiana en dos eventos diferentes durante dos años seguidos. Aunque quedan especies que han sobrevivido, las más susceptibles están siendo diezmadas. La Gran Barrera está cambiando y seguramente sobrevivirá, pero será diferente debido a estos fenómenos.

Y sabiendo esto, es curioso que los gobiernos no estén haciendo todos los esfuerzos posibles. Precisamente Australia ha cortado parte de la financiación al equipo que está estudiando el blanqueamiento de la Gran Barrera, así como sus emisiones están subiendo.

Coral blanqueado en la Gran Barrera de Coral. Fotografía de Matt Kieffer.

Obviamente, Estados Unidos no se queda corto, sobre todo con el presidente que tienen ahora. No podemos obviar todas las declaraciones que ha hecho acerca de la falsedad del cambio climático y de la retirada del acuerdo de París.

Y claro, si Trump dice esto de un tema que afecta a todo el planeta, ya podéis imaginar lo que puede hacer con lo que pasa solo en su país: ha querido quitar de la Ley de Especies Protegidas a unos cuantos animales, como el halcón hawaiano, así como ha recortado algunos espacios naturales.

Pero él sigue a lo suyo, como se está viendo en la Cumbre del Clima de la ONU que está a punto de terminar en Katowice, Polonia. Estados Unidos, junto con Rusia, Arabia Saudí y Kuwait no dan crédito al último informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, así que les da igual si no cumplen el objetivo de limitar el incremento de la temperatura en 1,5º.

Antes hablábamos de la época del infierno y parece que hay algunos dispuestos a abrazarla, porque esta Cumbre, que tenía que ratificar el prometedor Acuerdo de París, parece que puede ser un fracaso, tal y como comentan desde la Agencia EFE:

De hecho, aunque no lo fuera, los acuerdos tomados tampoco parece que estén teniendo efecto, puesto que este año van a volver a subir las emisiones de carbono en el mundo, con España en el top 5 de la Unión Europea… A ver si con el Ministerio de Transición Ecológica mejora de cara al año que viene, si aún existe, claro.

Pero no nos dejemos llevar por el pesimismo. Puede que haya quien esté seducido por la época del infierno y a quien no le guste lo que viene pero no se atreve a mover un dedo para no enfadar a nadie con quien esté relacionado, pero siempre habrá quien sí esté haciendo las cosas bien. Y este es el caso de Marruecos y Gambia, quienes han presentado compromisos para limitar el aumento en 1,5º.

Está claro que cada país tiene su particularidad, pero todos pueden conseguir limitar este aumento y seguir los pasos de estos dos países africanos. Y para conseguirlo, tenemos que presionar a los gobiernos con nuestras acciones. Y no solo cuando haya manifestaciones, sino cada día: coger menos el coche y más el transporte público o la bici o andar, usar energías renovables, mejorar la eficiencia energética en casa para gastar menos en calefacción y aire acondicionado, etc.

Si queremos, lo podemos hacer. Está en nuestras manos. Solo hay que decidir: ¿queremos vivir en la época del infierno y arrasar el paraíso? ¿O queremos vivir en un planeta seguro y sostenible para nosotros y las generaciones futuras? Yo lo tengo claro.

DH