El ecosistema que vive en nosotros: Tratamientos con Bacterias

La semana pasada os expliqué que es el microbioma y los hallazgos descubiertos gracias al proyecto Microbioma Humana, para terminar mostrando la parte negativa de los antibióticos. En este sentido reitero que ahora no hay que dejar de usar antibióticos, porque son muy importantes, sino que hay que evitar su abuso.

Pero el abuso de antibióticos no es el único motivo por el que parece que hay actualmente una disminución de los organismos del microbioma: la cesárea y la lactancia en biberón desde recién nacido provocan que los niños entren en contacto con menos bacterias y esto afecta al desarrollo de su respuesta inmunitaria y sean más proclives a tener asma, alergias, sinusitis, etc.

Cuando un mamífero nace, pasa por el canal del parto y se empapa de las bacterias que hay en la vagina de la madre, principalmente de Lactobacillus, una bacteria muy importante que permite la digestión de la lactosa. Al estar completamente empapado de estas bacterias, cuando el niño empieza a mamar, las ingiere, empezando a poblar sus intestinos de microorganismos que sentarán las bases de su flora intestinal, aunque vaya cambiando conforme crezca.

Conocer las relaciones del microbioma con el cuerpo humano y el por qué nos ponemos enfermos es uno de los objetivos principales del proyecto Microbioma Humano, aunque aún falta mucho por recorrer. De hecho, para probar ciertas relaciones, se están probando tratamientos de trasplantes de bacterias para comprobar si con los organismos de un donante sano se pueden curar patologías en personas enfermas.

Un ejemplo de esto es el caso de un hombre aquejado de problemas en el oído y que todos los tratamientos convencionales solo conseguían paliar temporalmente su problema, hasta que decidió pasar cera de su oído bueno al malo. El hombre dejó de tener problemas en el oído malo y así se lo comunicó a su médico.

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Esta acción tan tierna tiene también sus repercusiones positivas en el desarrollo del microbioma y del sistema inmunológico del niño. Imagen de Daniel Peinado.

Pero más fiables, por el hecho de formar parte de experimentos científicos y ser seguidos por investigadores, son los trasplantes de heces. Llevados a cabo para personas con problemas intestinales que no les había funcionado ningún tratamiento, los trasplantes les curaron completamente. Aunque solo se hicieron en pocas personas, estos resultados son muy prometedores.

Otra opción interesante es el uso de los probióticos. Actualmente la gran mayoría carecen de estudios y ensayos clínicos, de manera que son pura propaganda, pero con una investigación detrás, pueden ser una opción muy buena para tratar ciertas enfermedades o para compensar posteriormente los efectos de los antibióticos.

Algunos investigadores han conseguido manipular genéticamente a una de las bacterias más comunes en los intestinos, cosa que elimina la problemática de la instalación a largo plazo de la bacteria ingerida en el intestino como pasa hasta el momento. La manipulación de Bacteroides thetaiotamicron, permitiría que este organismo sintetizara ciertos componentes cuando recibiera unos impulsos concretos, mientras que dejaría de hacerlos cuando hubiera otros impulsos. De esta manera se regularía totalmente la dosis de los medicamentos. Hasta se podría conseguir que la actuación de los medicamentos solo fuera hacia el target en concreto, como podrían llegar a ser células cancerosas.

Pero todos estos tratamientos y estas relaciones no solo parecen estar relacionados con el sistema inmunitario y el digestivo, sino también con el sistema nervioso. Estudios recientes están probando que algunas bacterias son capaces de cambiar nuestro humor o de provocar trastornos nerviosos.

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Fotografía de un Lactobacillus, bacteria importante en los primeros momentos de vida de los humanos. Imagen de AJC.

Algunos de los organismos presentes en el microbioma son capaces de segregar sustancias que las células nerviosas humanas usan como neurotransmisores, es decir, para enviar las señales nerviosas, como serotonina, dopamina y GABA, y parece ser que también generan sustancias que permiten a esos “neurotransmisores” entrar en el torrente sanguíneo y llegar a estimular el sistema nervioso.

Se han hecho numerosos estudios con ratones en los que se veía que una dieta con Lactobacillus les hacía estar más relajados y menos ansiosos, principalmente porque esta bacteria produce GABA, un neurotransmisor que provoca estos efectos en personas, o que el hecho de añadir una bacteria dañina para los humanos pero que no afecta al sistema inmunológico de los ratones, provoca en éstos unas reacciones equivalentes a la ansiedad en humanos.

Volviendo al tema de los antibióticos, su abuso también parece provocar efectos en el sistema nervioso, como cambios de humor. Y esto se ha visto con ratones que variaban su comportamiento cuando tomaban antibióticos, comparado con ratones que no los habían tomado.

Respecto a futuros tratamientos, también se puede recurrir al uso de bacterias para curar, como con los probióticos. Se podrían llegar a usar estas bacterias que provocan cambios en el sistema nervioso, llamadas psicobióticos, para poder tratar algunas enfermedades mentales, como la ansiedad, la depresión, la hiperactividad o el autismo, aunque falta aún más investigación para terminar de corroborarlo.

Sea como sea, las investigaciones sobre el microbioma están generando una cantidad inmensa de conocimiento y hallazgos que permiten entender mejor la relación del cuerpo humano con las especies que lo habitan y sus interacciones. Seguro que la continuación del proyecto Microbioma Humano nos deparará nuevas sorpresas y quizá nuevas maneras de tratar enfermedades.

DH

Para más información:

  1. Andrew Anthony (2014). “I Had The Bacteria In My Gut Analysed. And This May Be The Future Of Medicine”. The Guardian [visitado 6/8/2015].
  1. Michael Specter (2012). “Germs Are Us”. The New Yorker [visitado 6/8/2015].
  1. Peter Andrey Smith (2015). “Can The Bacteria In Your Gut Explain Your Mood?”. The New York Times [visitado 6/8/2015].

2 comentarios el “El ecosistema que vive en nosotros: Tratamientos con Bacterias

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